La “Esfera de Buga”: el objeto volador que intriga al mundo

El hallazgo de la “Esfera de Buga”, reportado por primera vez en marzo de 2025 en el municipio de Buga (Valle del Cauca), ha desatado un debate que abarca lo científico, lo mediático y lo especulativo.

Este objeto metálico no identificado fue grabado descendiendo verticalmente mientras emitía luces de colores, antes de ser transportado a México para su análisis por un equipo coordinado por el periodista y ufólogo Jaime Maussan.

Maussan, según reportó Infobae, aseguró que “fue grabada por dos personas distintas, una responde al nombre de María y otra al nombre de José, pero, por razones personales, no han querido ser identificadas plenamente”. Versión que se ha mantenido hasta el momento.

El objeto llegó a México tras ser entregado por David Vélez, quien recibió la esfera de manos de “José”, primer testigo en Colombia. Según Maussan, José presentó efectos físicos al tener contacto con el objeto: “dijo que se le habían borrado las huellas dactilares, al punto en el que no pudo seguir desbloqueando su teléfono y en su casa empezó a sufrir de vómitos, dolores de cabeza, diarrea”.

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El primer análisis de la UNAM sobre la Esfera de Buga

Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), convocados por el mismo Maussan, realizaron un análisis detallado del objeto. En su informe presentado el 30 de mayo, habrían identificado fibras ópticas en el interior de la esfera: 52 unidades con diámetros de entre 40 y 350 micras, representando un 42% de su composición interna.

Rodrigo Garrido, ingeniero del equipo, según consignó el mismo medio Infobae, explicó: “se pudo descubrir entonces la presencia de fibra”, y añadió que estas fibras podrían funcionar como sensores para variables como presión atmosférica, humedad o tejidos biológicos. “Evidentemente tiene repercusión importante que haya fibra en la esfera, porque de alguna manera esa fibra le da presencia aparte de tecnológica, inteligente”.

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Tecnología no humana… ¿o manipulación digital?

Mientras algunos investigadores como Garrido y Maussan consideran que el objeto podría ser un dispositivo tecnológico avanzado, voces escépticas han desestimado un origen extraterrestre. El inmunólogo Garry Nolan, académico de la Universidad de Stanford, afirmó: “la esfera de Buga sería en un 99% un artefacto terrestre, construido con materiales convencionales como fibras ópticas”.

Nolan argumentó que los movimientos registrados pueden explicarse por medios físicos tradicionales: “podría no ser antigravedad (supuestamente) per se, sino más bien proyección de fuerza: un proyector hacia abajo para permanecer inmóvil y un segundo proyector para proporcionar dirección”.

A esto se suma una teoría que vincula el fenómeno con una posible campaña publicitaria, atribuyendo la difusión de los videos a la empresa Germany Company. Expertos en edición de video habrían detectado manipulaciones, como saltos en la trayectoria de la esfera e inconsistencias en su interacción con el entorno vegetal.

Un objeto enigmático que cambia de peso y tiene jeroglíficos

Otro detalle inquietante es la aparente variación de peso de la esfera. Según Maussan, al momento de su hallazgo en Buga “pesaba dos kilos”, pero posteriormente alcanzó los “10,13 kilogramos”.

La superficie del objeto presenta símbolos grabados que, según el investigador, son “letras que tiene impresas… muy antiguas, fueron grabadas artesanalmente, de manera manual”. Afirmó también que “los puntos de cobre que están en la parte superior son, sin duda, un sistema de transmisión, una antena”.

En México, el equipo intenta activar el objeto desarrollando un dispositivo que la haga girar. Se están realizando además pruebas de carbono 14 para determinar si alguno de sus materiales orgánicos tiene más de un siglo de antigüedad.

Maussan no duda de la autenticidad del objeto: “la esfera es real. No hay la menor duda, a pesar de los cuestionamientos o los ataques”. Añadió que “nunca antes la población civil había tenido en sus manos una evidencia física, un artefacto”, dijo a UnoTV.

El periodista insiste en que el objeto podría ofrecer una enseñanza para la humanidad: “tecnología muy avanzada, pero que no daña, no contamina, no afecta al medio ambiente”.

Actualmente, la esfera permanece custodiada en una caja de seguridad en las oficinas de Maussan en Santa Fe, Ciudad de México. El investigador planea mantenerla en el país y convocar a científicos internacionales para continuar su análisis.